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RESPUESTA: «ABOGADOS RECHAZAN VIRTUALIDAD “PORQUE NO MANEJAN TECNOLOGÍA”»

 

Por Wilson Pérez.

Como abogado y usuario del sistema de justicia, habría sido todo un placer para mí como para otros colegas estar en la entrevista realizada al magistrado Joselín Moreta Carrasco, presidente de la Cámara Penal de la Corte de Apelación y juez Coordinador del Departamento Judicial de Barahona, durante la entrevista realizada en el programa «Impacto Mañanero», a fin de que escuche de una persona o personas que sufren el día a día la imposición del nuevo sistema de justicia llevado a cabo por el actual presidente de la Suprema Corte de Justicia, por cierto el más rechazado de los presidentes de ese órgano hasta donde tengo conocimiento.

Es irreal escuchar que se diga que los abogados rechazan la virtualidad porque no manejan la tecnología, cuando dentro del mismo sistema de justicia, jueces y empleados han alzado la voz de protestas en silencio por temor a ser despedido debido a las graves dificultades que el sistema empleado por el Consejo del Poder Judicial ha ocasionado.

El mismo magistrado Joselín Moreta Carrasco, sabe y tiene pleno conocimiento de que muchos empleados que dedicaron años de sus vidas a servir al Poder Judicial, la han abandono debido a la presión que han sufrido desde que Henry Molina, tomó las riendas de la Suprema Corte de Justicia.

Una de las cosas más impactantes es señalar de forma desconsiderada que los colegas (también del propio magistrado que es abogado por si no lo recuerda), se resisten a la tecnología porque no la manejan. Para una mejor comprensión de este punto debemos aclarar lo siguiente:

La pandemia del coronavirus. Sin lugar a dudas la actual pandemia nos obligó a cambiar, estos cambios aunque no quisiéramos aceptarlos eran las mejores medidas que podían tomarse: mantenerse a distancia, tener las audiencias virtuales, mantenerlos en nuestros hogares, evitar los lugares conglomerados, entre otros. No siendo el sistema de justicia la excepción, ya que durante los meses de marzo – junio del año 2020 (el cierre total), estas medidas implementadas ayudaron enormemente la expansión de coronavirus.

La apertura gradual y los problemas en la justicia. Durante los primeros meses del estado de emergencia, el sistema de justicia estuvo completamente cerrado (con excepción del área penal en donde los problemas sociales continuaban), ya que los tribunales de civiles, de trabajo, tierra, entre otros no admitían nuevas actuaciones, lo que llevó a una paralización casi total de estos. Ante esta realidad lo lógico y lo digo en este sentido, es que ante la ausencia de nuevos procesos judiciales en estas áreas, lo racional era instruir y fallar los expedientes que se encontraban en los diferentes tribunales (como ciertamente se hizo); lo digo en este tono, ya que ha venido predicando una y otra vez que el Departamento Judicial de Barahona no tiene mora, como si se tratare de una panacea o esfuerzo sobrehumano atribuido a la administración de justicia local (no quiero quitar mérito a los trabajos realizados por los distintos actores de la justicia, a quienes admiro), sino que, era lo más lógico que durante todo ese tiempo que los tribunales no estaban admitiendo nuevas actuaciones que fallaran los ya existentes… ¿o qué pretendían? ¿Mantenerse los tres meses de sus hogares sin hacer nada?  

El problema de los abogados y el sistema de justicia. Retomando nuevamente el problema diario que tenemos los abogados, entre ellos está la propia existencia del CAT (Centro de Ayudante de los Tribunales) que a mi juicio debería llamarse Centro de Atraso de los Tribunales, ya que resulta inaudito tener a los secretarios y demás empleados del sistema de justicia en sus áreas de trabajo y que te digan que no pueden recibir ni aceptar los documentos, o sea, situaciones que antes los abogados podíamos resolver en varios minutos, ahora pueden tardar meses, y ahí es que debemos hacerlos la pregunta ¿Es la virtualidad una ventaja ante esta realidad?

Se supone que una de las ventajas del cambio es la rapidez, fluidez y la confiabilidad, estos son los pilares para aceptar los nuevos cambios, los cambios no deben constituir un mero capricho de un actor.

Para citar un ejemplo: antes solo deberíamos acudir a cualquier secretaría y solicitar una copia de X expediente, para recibir una respuesta de que, espere al mensajero o pasa en X tiempo para hacerte entrega de este. Ahora, con la existencia del sistema impuesto, debes hacer la solicitud a través del CAT, cuando el sistema admita esta solicitud se tramita al tribunal y el tribunal, en la línea de trabajos que posea, te dirá cuándo pasar a buscarlo, entonces ¿Esto es el avance que los abogados tenemos que aceptar?

Esto sin mencionar que las actuaciones en materia penal, a pesar de que los sábados los tribunales se encuentran completamente vacíos, nuestros colegas deben entrar dentro de la Cárcel Pública de Barahona, bajo todo el riesgo que esto trae para conocer una medida de coerción, y me dirán que esto se puede hacer de manera remota, si es cierto, pero no es la realidad de la cultura de nuestro país, los clientes quieren ver a sus representantes, los clientes quieren sentir la confianza que tiene a alguien a su lado, esto no lo sabrán las personas que no ejercen en el área penal.

Para culminar, quiero que se entienda que, no es que los abogados no queramos aceptar los cambios, es que si los cambios no son para bien, no podemos aceptarlos, no podemos darnos el lujo sufrir de la tardanza cuando es como consecuencia de nuestra actuaciones que recibimos remuneraciones, no tenemos un sueldo fijo, vivimos de lo que hacemos y si esto continúa así, no son los jueces quienes sufrirán, somos nosotros los abogados que estamos en el juego del día a día. 

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